SPínola

   Al decir la palabra PASCUA se me vienen a la cabeza multitud de palabras que este año he podido experimentar… reencuentro, renovación, resurrección, alegría pero también algún que otro momento de inseguridad y miedo, pero en definitiva es ser apasionados por la vida y por descubrir eso nuevo que cada día se nos propone.

   Si así es, con nuestro lema 100% APASIONADOS, el 16 de abril comenzamos un grupo pequeñito y más tarde, el viernes, se unió el otro grupo con lo que formamos una gran familia donde se respiraba comunidad, y sobre todo ganas de vivir tu propia experiencia para que seas tú mismo el que después de testimonio de ella.

 

   El miércoles empezamos con una breve presentación viendo

como veníamos y que esperábamos de todo esto, a medida que

pasaban las horas nos fuimos acercando al Señor a través de

nuestra esencia para que Él sea quien rompa, llene o abra nuestro

frasco.

   

   El jueves por la mañana nos levantábamos desde la ENTREGA.

Vimos como el Señor cogió los panes y los peces, los partió y los

repartió entre los que estaban allí, de esta misma forma cogimos

nosotros el pan y nos pusimos en marcha para dar nuestro pan a otros

y alimentarnos con el de los demás. De esta forma nos sentíamos lla-

mados a ser pan, que ÉL nos coge con sus manos desde lo que verda

deramente somos. A continuación fuimos al pueblo para visitar a las

distintas familias; esto nos acercó de una manera bastante sencilla a los ancianos que nos abrieron las puertas de su casa y nos acogieron como el Señor lo hizo. Por la tarde pasamos a los oficios, algo nuevo que nos ayudó a prepararnos para vivir la Hora Santa , una bonita experiencia .

 

   El viernes nos acercábamos a la cruz. Conocimos los diferentes puntos de vista antes de que lo condenaran. Fuimos pasando por un recorrido, empezamos formando la cruz con dos trozos, injusticas del mundo… en esta mañana llegó el segundo grupo con quienes tuvimos que compartir nuestra experiencia de los días previos. Nos pusimos a construir nuestra propia cruz de barro la cual nos sirvió también para la adoración de esta misma noche. La adoración fue un momento de mágico e inolvidable, nos acercamos al Señor depositando nuestra cruz y compartiendo oración.

 

   El sábado tuvimos que madrugar un poco ya que nos pusimos en marcha hacia el pantano. En este camino se nos invito a formar nuestra planta dando vida a los demás, como símbolo en cada parada se nos fue entregando una semilla, un poco de tierra y por ultimo una pequeña maceta. Al llegar al pantano nos dejaron un momento de reflexión personal, me ayudo mucho y tomar conciencia de cosas que en tu día a día ni te planteas. Por la tarde tuvimos la gran suerte de compartir la Vigilia Pascual con la comunidad de Tierra Esperanza; allí ensayamos los cantos, practicamos la danza alrededor del fuego y cenamos con ellos. La vigilia fue un momento único de celebración, renovamos nuestro bautismo y nos unimos para la celebrar la RESURRECION.

 

   El domingo nos levantamos un poco cansados pero pese a eso cogimos fuerzas para recoger en oración nuestra experiencia vivida estos días y reflejarla en la cruz o maceta.

 

   Todos coincidíamos en una misma palabra GRACIAS en mayúscula y con todas las letras por esta experiencia que será difícil de olvidar.Desde lo personal os invito a vivir la pascua con el verdadero sentido que la misma palabra tiene; al principio iba un poco indecisa pero al final ha merecido la pena y me siento orgullosa por cada una de las personas que me han acompañado durante estos cinco días y gracias a todos por hacer esto posible.

                                                             

                                                                                                                                                       Marina Espinosa